¡Hola! Pues ya está. Adiós veranito y vacaciones, hola rutina… Y tú que tenías acné estás la mar de contento, contenta o contente porque parece que la cosa ha mejorado, ¿o no es así?

Vamos a hablar un poquito del acné, si te parece. Éste constituye uno de los problemas dermatológicos más frecuentes, sobre todo en adolescentes, adultos jóvenes y mujeres. Afectará entre un 75 y un 85% de las personas de entre 12 y 30 años, si bien puede hacerlo en diferente grado e intensidad, siendo los acnés moderados y graves un porcentaje mucho menor. Eso no quiere decir que no tengas que cuidar tu piel, ¡ojo! Sólo significa que si no tienes una forma muy intensa de acné, puedes optar por tratamientos cosméticos que te ayuden a “mantenerlo bajo control” y hacer lucir tu piel lo mejor posible. También puede pasar que tengas más de 30 años y tengas acné. Y no eres un bicho raro. Se trata del acné adulto, que en su versión femenina se conoce como acné de la mujer adulta. O puede ser que tengas una forma de acné que en verano haya empeorado. Éste se conoce como acné de Mallorca (empeora con la exposición solar).

“Vale, numeritos, datos y esas cosas pero yo ya no tengo acné, en verano se me ha curado”. Bueno, siento decirte que puede que no sea así. En verano hay varios factores que pueden producir una mejora del acné, como por ejemplo:

  • Menor uso de maquillaje y cosméticos con potencial comedogénico, es decir, que taponan los poros y favorecen la parición de espinillas, puntos negros…
  • Mayor exposición solar, que por si no lo sabes, tiene efecto antiinflamatorio cutáneo, por lo que disminuyen las lesiones inflamatorias del acné (granitos con pus, granitos rojos…)
  • Baños en el mar, dónde el salitre tendrá efecto “secante”


“Pues no sé donde están las malas noticias”. Vale, vale… un poco de paciencia. Resulta que el verano también afecta a nuestra piel de tal manera que, si no hemos seguido unos buenos cuidados veraniegos para pieles con tendencia acnéica, pueden derivar en un rebrote del acné en otoño, cuando ya no nos exponemos tanto al sol ni vamos tanto al mar… Te enumero unos pocos cambios cutáneos que sufre la piel en verano para que veas:

  • El calorcito favorece el sudor y la sobreproducción de sebo, creándose un ambiente perfecto para la proliferación del Cutibacterium acnés, una bacteria que se encuentra implicada en la produción del acné. Básicamente se produce un sobrecrecimiento de la misma (podríamos hablar de un desequilibrio en la microbiota cutánea), el cual será responsable de un aumento de la inflamación en la piel (cuando desaparezca el efecto antiinflamatorio del sol, las lesiones con pus y rojas irán en aumento…).
  • La exposición solar produce una hiperqueratosis de la piel, es decir, un engrosamiento de las capas superficiales. Éste será el responsable de bloquear la salida de los folículos pilo-sebáceos, impidiendo la salida de sebo con la consiguiente formación de puntos negros, microquistes, aumento de lesiones inflamatorias…
  • Si tenías lesiones antes de verano y no te has protegido de forma adecuada, es muy probable que se haya producido una pigmentación residual de dichas lesiones. Esto se conoce como hiperpigmentación postinflamatoria. Pero seguro que has usado un buen fotoprotector solar apto para pieles con acné, ¿no?
  • No hace que hablemos de como se afecta la piel por trasnochar, los cambios en la dieta y esas cosas que suelen venir de la mano del verano, ¿verdad?

“ok… y ahora… ¿qué hago?” Primero de todo, estate tranquilo, tranquila o tranquile. Si has cuidado bien tu piel este veranito, puede que la situación se mantenga estable. Si te has relajado y abandonado todo cuidado cutáneo (en pro del ocio y esas cosas), puede que tu acné rebrote a medida que se aleje el buen tiempo, por lo que mi consejo es que pidas cita con un buen Dermatólogo (aquí está servidora, “ejem”) que te pueda aconsejar y realizar un seguimiento en caso de que lo crea oportuno.

¡Saludos y buena vuelta a la rutina!

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