Se aconseja realizar una revisión en el primer mes de vida, para determinar que no hay ningún daño congénito, a los 6-9 meses para detectar estrabismo, y a los 18 meses para prevenir y tratar cualquier patología.
Hasta que cumplan los 8 años son necesarias revisiones anuales y a partir de esta edad cada dos años.
Asimismo, también es preciso tener en cuenta estas situaciones y acudir al oftalmólogo si las detectamos en nuestros hijos:
- Ojos rojos y lagrimeo.
- Problemas en visión próxima y lee o escribe muy cerca del papel.
- Problemas en visión lejana, con esfuerzo para ver la pizarra o la TV.
- Dolores de cabeza.
- Movimientos erráticos de los ojos.
- Diferente visión entre un ojo y otro.