La otoplastia es la cirugía que se realiza para posicionar las orejas prominentes a una posición más normal o para reducir el tamaño. Generalmente, esta cirugía se realiza en niños de entre 4 y 14 años. Las orejas a los 4 años ya han crecido casi completamente, por lo que no hay ningún inconveniente en realizarla a partir de dicha edad. La otoplastia también se puede realizad en adultos.
¿Quién es el candidato ideal para someterse a una otoplastia?
Como se ha comentado anteriormente, los principales candidatos son los niños, pero no se les debe presionar a realizar dicha operación, es mejor que lo decidan por ellos mismos.
¿Qué duración tiene? ¿Cómo se realiza?
Una otoplastia suele durar entre 2 y 3 horas, aunque en casos complejos puede llevar más tiempo. Generalmente se realiza:
- Una pequeña incisión en la parte posterior de la oreja para exponer el cartílago auricular.
- Después se esculpe el cartílago y se dobla hacia atrás.
- Por último, se extirpa una cuña de piel de la parte posterior de la oreja.
La cicatriz resultante de la otoplastia queda disimulada detrás de la oreja. La mayoría de las veces, aunque solo una oreja parezca anormal, se intervienen las dos para conseguir una mejor simetría.
¿Existen riesgos? ¿Hay garantías?
Las complicaciones son infrecuentes y de poca importancia. Sin embargo, como en cualquier otra intervención, existen riesgos propios de una cirugía y complicaciones propias de este procedimiento. Un pequeño porcentaje de pacientes pueden desarrollar un hematoma. Ocasionalmente, puede producirse una infección del cartílago que aumente el tejido cicatrizal de la oreja; su tratamiento consiste en la administración de antibióticos.